
Probablemente el hecho de tener que pasar por un quirófano sea la experiencia más aterradora por la que tenga que pasar un enfermo. Cuando a un adulto le dicen que va a tener que ser intervenido quirúrgicamente siente ansiedad; nervios y hasta terror, en algunos casos, ahora nos imaginemos lo que siente un niño, a quien solo el hecho de tener que ponerse una inyección lo aterra.